Los equipos han soportado una gran cantidad de cambios en el último año y medio, pero estos cambios constantes se han ido integrando en la rutina hasta quedar más o menos normalizados. Los empleados suelen enfrentarse a reestructuraciones y cambios provenientes de la dirección. Se asigna a los equipos de liderazgo la tarea de garantizar que las operaciones continúan sin contratiempos. Esto se suele traducir en mantener a los trabajadores fundamentales para la misión, a pesar de todos los cambios, y potenciar aquellas habilidades que puedan ser necesarias. Es por ello que el director de recursos humanos tiene un papel clave para que la organización de los empleados funcione acorde a los objetivos de la empresa.
¿En qué se parece heredar un Departamento gubernamental con la función de un director de recursos humanos?
Según Michèle Flournoy, subsecretaria de defensa para la policía entre 2009 y 2012, durante el mandato del presidente Obama, y quien colideró al equipo de transición del presidente Obama en el Departamento de Defensa, los líderes se diferencian cuando su enfoque sitúa en primer lugar a las personas.
«Hay demasiadas personas que entran y solo quieren encargarse de la parte política del trabajo y no entienden que su capacidad para hacerlo bien depende de la forma en que lideren y gestionen al personal de la empresa. No llegarás a la cumbre del rendimiento a no ser que inviertas en las personas.» Michèle Flournoy en un webinar que formaba parte de una serie sobre el Liderazgo en la transición de la sociedad de servicio público.
Cuando Flournoy se encargó de la transición del Departamento de Defensa, heredaba unos 1.000 empleados en tres agencias. No tenía apoyo de otros miembros del equipo, que aún tenían que recibir confirmación política. Se dio cuenta rápido de que necesitaba el compromiso de todo tipo de personas y funciones de la empresa. «Quería comprender lo que significaba la experiencia para ellos», comentaba.
Estas son las cinco estrategias que descubrió Flournoy y que pueden utilizar los líderes para gestionar las transacciones de forma efectiva al tiempo que los empleados ocupan la posición central.
1) Asegúrate de que escuchas
Dicen que escuchar constituye la mayor forma de respeto. Cuando estás dispuesto a escuchar, las personas se vuelven más sinceras respecto a lo que esperan que cambie. Escuchar ofrece a las personas espacio para sentirse a gusto para aportar críticas constructivas. Es importante mantener reuniones con cierta periodicidad, ya que así será más fácil saber qué piensan los equipos, adelantarse a los problemas y ofrecer a cada personas acciones formativas que les ayuden en su carrera profesional.
2) Como director de recursos humanos, actúa en relación a los datos de que dispones
Aparte de la simple escucha, las personas necesitan saber que se les ha escuchado. Aunque los líderes no deben responder a todos los comentarios, es necesario que se les vea como líderes, capaces de tomar decisiones, dar soluciones… En caso contrario, los empleados no dejarán que se escuche su voz.
3) Invierte en personas
Existe el riesgo de evitar invertir en capital humano pero el motor de toda empresa son las personas. Es crucial ayudarles a potenciar sus habilidades, darles facilidades para su desarrollo profesional. De esta forma, conseguiremos retener al talento, lo que se verá reflejado también a nivel empresarial.
4) El exceso de comunicación no existe
Los líderes gubernamentales se erigen como comunicadores sólidos, flexibles y concisos y esta sensación es la que deben percibir los equipos. Deben tener claro a quién dirigirse, pero al mismo tiempo deben estar informados. Por ello la comunicación interna es muy importante. En estos tiempos de constantes cambios ayudará a mantener tranquilos a los equipos.
5) Lidera el cambio con las habilidades interpersonales
Una de las mejores maneras de que las empresas puedan liderar el cambio consiste en colocar a los managers con la formación necesaria para mejorar sus habilidades interpersonales. Los encargados con buenas habilidades interpersonales motivan y comprometen a su equipo de manera más eficaz, por ejemplo, la manera de intuir los incentivos apropiados para motivar a los empleados. Sentirse escuchado y recompensado, es sin duda una gran motivación para conseguir que las personas pongan el máximo de su parte.
Un buen director de recursos humanos debe mantener la potencia de liderazgo más allá de la transición
Crear una cultura de auténtica resiliencia precisa de la implicación de todos. Los líderes, a través de la escucha activa, deberían centrarse en crear un espacio en el que todos participen plenamente. Esto puede ayudar a crear un entorno en el que los empleados de todos los niveles puedan contribuir, no solo con su mero trabajo, sino aportando al bienestar de todo el equipo.
