Talento

Como sabes, un software de RRHH es una herramienta perfecta para la gestión, el control y el desarrollo de las habilidades de los empleados. ¿Pero qué es lo que hace ser tan valioso a un trabajador? ¿Se trata de disposiciones inherentes a la persona, o más bien son adquiridas con el tiempo? En realidad, existen dos características que destacan sobre todas las demás: la resiliencia y el talento. Y aunque indudablemente existen factores genéticos que determinan o condicionan tanto a la una como a la otra, el aprendizaje también tiene mucho que decir aquí. Te lo contamos.

La acción combinada entre resiliencia y talento

Seguro que estás más familiarizado con la palabra talento que con el término resiliencia. No obstante, cuando hablamos de resiliencia, hablamos de una habilidad muy valorada en los entornos corporativos (y que además, a buen seguro, lo seguirá siendo en las próximas décadas).

Podemos definir resiliencia como la capacidad de encarar y superar las dificultades (entendiendo como dificultades incluso las situaciones límite, traumáticas o dolorosas). Piensa por un momento que debes afrontar una adversidad. En un primer instante, puedes llegar a sentir un desconsuelo enorme ante ella. Dicho desconsuelo puede seguir avanzando, absorbiendo poco a poco todas tus fuerzas para seguir adelante… Hasta que de repente tocas fondo. Pero una vez que tocas fondo, parece emerger una fuerza especial de alguna parte de ti que desconocías. Dicha fuerza te hace ponerte en pie y continuar con tesón en la batalla: acabas de adquirir una fortaleza muy valiosa, la resilencia de la que te hablábamos.

Así pues, podemos decir que la resilencia es una habilidad que todos podemos desarrollar, y que además resulta especialmente valiosa en el mundo laboral. Piensa que, frente al surgimiento de dificultades permanentes en el entorno de la empresa, las organizaciones precisan de empleados que no se amedrenten, que se recompongan y afronten las adversidades con soluciones creativas y efectivas. Pero además de la resiliencia, también se necesitará talento.

Se considera que una persona talentosa lo es, en gran medida, por circunstancias genéticas. Pero esto no significa que todo desemboque necesariamente en el desarrollo de una destreza concreta, pues, de hecho, una persona puede desarrollar dicha destreza sin la necesidad de ser especialmente talentosa. Así pues, ¿cuál es la clave de todo este asunto?

Un empleado talentoso, sin los estímulos adecuados, no desarrollará la destreza para la cual parece estar genéticamente orientado. Así pues, los distintos talentos (entre los que podemos diferenciar el estratégico, expresivo, emocional, creativo y colectivo) se activarán en la medida en que se fomenten. Y es precisamente aquí donde puedes encontrar la tremenda utilidad de contar con un software de RRHH en la empresa, con el que poder fomentar el desarrollo de los diferentes talentos de los trabajadores.